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36 Entonces el ángel del Señor lo agarró por el pelo de la cabeza, y con el ímpetu de su soplo se lo llevó a Babilonia y lo dejó junto al foso de los leones. 37 Habacuc gritó:

—¡Daniel, Daniel! ¡Toma esta comida que Dios te ha mandado!

38 Daniel respondió:

—¡Te acordaste de mí, oh Dios! ¡Tú no abandonas a los que te aman!

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